ESCUÁLIDAS GANANCIAS

En mi artículo consagrado al martirio de Wilman Villar Mendoza publicado por Cubanet al día siguiente de su muerte, preví que los propagandistas del régimen de La Habana se emplearían a fondo para pintar al caído como un antisocial. Así ha sido; incluso niegan su doble condición de preso político y huelguista de hambre.

Muestran interés en demostrar que los hechos sucedieron así no sólo los simples comentaristas, sino también las figuras encumbradas, como hizo, en su “reflexión” intitulada “La fruta que no cayó”, publicada en Granma el miércoles 22, el propio Fidel Castro. No les falta razón a los comunistas al querer negar la versión de los hechos que ofrecemos los disidentes. No sólo la prensa internacional; también gobiernos extranjeros han expresado su consternación por esa muerte evitable.

En días pasados, el corresponsal de BBC Mundo en La Habana abordaba el mismo tema. Fernando Ravsberg puso a su trabajo un título elocuente: “La difícil labor de informar”, por lo complicado —según él— de “averiguar dónde está la verdad en medio de una telaraña de comunicados políticos de una y otra parte”.

Pese a esa postura, el periodista rioplatense, de un hábil plumazo, echa por tierra la negativa del régimen a reconocerle la condición de cautivo de conciencia a Wilman. Preguntó a un funcionario cuántos presos políticos ha habido en Cuba en los últimos decenios; el interpelado respondió que ninguno (el régimen no les reconoce ese carácter). Entonces “no están diciendo nada”, concluyó con acierto el corresponsal.

En cuanto a las dudas sobre si el reo estaba o no en huelga de hambre, baste señalar que las informaciones al respecto provenientes de la esposa y los hermanos de lucha de Villar Mendoza, se sucedieron semana tras semana, sin ser contradichas por los voceros oficialistas, que sólo negaron el hecho tras la muerte del recluso.

De todos modos, yo diría que en este caso, al igual que sucedió meses atrás con la muerte a palos del disidente santaclareño Juan Wilfredo Soto García, lo más importante es el gran costo político que el régimen tiene que pagar para negar la versión de la viuda y los compañeros de Wilman, que es la que se ajusta a la verdad.

Para nadie es un secreto que, ante la generalidad de los cubanos, la prensa oficialista carece de crédito. Los mismos comunistas están conscientes de ello, y lo demuestran cada vez que la Televisión Cubana, para lograr que la población crea alguna noticia, retransmite los reportajes de agencias extranjeras, en la voz de los locutores originales.

Pero una cosa es que los ciudadanos desconfíen de la propaganda comunista y otra muy distinta que les conste que el régimen miente de manera descarada en algún asunto importante.

Por supuesto que los castristas pueden dar la versión que deseen sobre la muerte de Wilman. Ya se sabe que el papel y el éter lo aguantan todo. Fuera de Cuba, e incluso dentro de ella, entre algunos ciudadanos y los corresponsales extranjeros que no desean tomar partido entre dos versiones opuestas, como Ravsberg, las arbitrarias negativas del régimen pueden arrojar algunos dividendos.

Pero donde resultan baldíos todos los sueltos y editoriales de Granma y las “reflexiones del compañero Fidel” (que luego leen los locutores oficialistas) es en la propia provincia de Santiago de Cuba, donde tuvieron lugar los hechos.

Entre los inquilinos de la “casa de cristal” de Aguadores en la que fue martirizado Wilman, ¿quién no sabe que hizo durante semanas una huelga de hambre! ¿Acaso ignoran que el occiso estaba clasificado como “preso CR” (contrarrevolucionario) o que era “atendido” por la tenebrosa Seguridad del Estado?

Por supuesto que sus compañeros de encierro comentarán lo que saben con sus familiares, y aunque sea de esa manera artesanal, la verdad irá abriéndose paso. El costo político lo pagará el régimen y, para colmo, en una región con viejas tradiciones insurreccionales cuya gente está harta de comunismo y donde los valientes luchadores de la Unión Patriótica Cubana (UNPACU), que encabeza José Daniel Ferrer, se enfrentan al régimen a cara descubierta. No les arriendo la ganancia a los castristas.

La Habana, 30 de enero de 2012

René Gómez Manzano
Abogado y periodista independiente