The Cuba Corps
Miami, Fla.,
Estados Unidos de América
Estimados compatriotas:
Durante el pasado año 2013 hemos desarrollado un trabajo conjunto, que ha tenido resultados satisfactorios, no sin señalar que también hubo dificultades.
En particular los niños con los que hemos hecho actividades, provienen de familias muy pobres y tienen en algunos casos nivel de mendicidad. Son hiperactivos en su mayoría y se ven reflejados en la falta de valores éticos y educacionales en los que ha caído la sociedad.
Fue muy valioso para todos los consejos que ofreció Olga Nodarse vía telefónica y además que adjuntó en documentos por Internet, se hicieron varias sesiones de trabajo para estudiarlos, aunque se ha hecho difícil adaptar a los niños a este tipo de ejercicio.
Por una sola vez en todo el año, los muchachos que asisten al grupo de San Miguel del Padrón, uno de los más pobres, salieron de paseo a la calle, eran 14 en total; los llevaron a tomar helados, a caminar por el muro del Malecón y a ver una función de payasos. Esto es indicativo de que los padres de esos niños han perdido el miedo, pues los dejan salir con disidentes. Todo transcurrió bien y regresaron a la casa un poco tarde, por el transporte que está muy malo.
Antes del paseo se les enseñaron normas de comportamiento, entre otras a hablar en voz baja, ya que uno de los serios problemas sociales que existe en el país es la forma en que hablan las personas, en particular los niños y los jóvenes, con lenguaje vulgar, moviendo las manos, los brazos y hasta el cuerpo.
Hay que destacar el caso de Manzanillo, Granma, donde los niños que asisten tienen un lugar, como una especie de jardín infantil, donde fijan los carteles de los aspectos que van a estudiar en el período. Por ejemplo vestirse correctamente, para lo cual pintan y recortan prendas de ropa; saludar a las personas con los buenos días, noches, tardes; hasta luego, cómo está, etc., algo que se ha perdido. La Iglesia Católica en Cuba, en sus clases de catecismo con los niños hace algo parecido, como especie de árboles en los que pone letreros con todas estas expresiones de educación formal.
También en Güira de Melena se han preparado sesiones de lectura de cuentos de siempre y en otros casos reviviendo historias infantiles de juegos etc., que ya no se hacen. Un ejemplo de ella es el juego de las sillas quitadas, donde se ponen sillas en una rueda, en la misma cantidad de niños menos una, que será el que no pueda sentarse y pierda; así sucesivamente, hasta que quede un vencedor.
Se han hecho actividades educativas como trabajar con papel maché y fingir que se está en la casa comiendo en la mesa con los cubiertos correctamente y los platos. En estos momentos en el país se ha hecho un hábito comer con cuchara, porque en la mayoría de los hogares no hay cubiertos y no se conoce el correcto uso del tenedor y del cuchillo ni pensar, porque no hay carne que cortar.
La lectura de cuentos para que los niños conozcan el bien y el mal y además que puedan pensar por ellos mismos, fue otra de las labores recreativas que se realizó. Como se conoce en Cuba los niños se ven obligados a pensar y decir lo que el régimen totalitario decida, como por ejemplo la consigna “seremos como el Che”, que deben repetir una y otra vez los pioneros en las escuelas, que deja sin efecto el que quieran ser como sus padres.
Puede afirmarse que ha sido un año de éxitos en esta tarea, que se han logrado incorporar más niños, aunque se han tenido que cambiar las sedes dos veces por problemas con las personas que atienden la tarea. La situación más difícil que tiene la oposición es el deseo de emigrar y ello hace que sea muy inestable porque cuando se piensa que la persona está cumpliendo con el trabajo y los requerimientos, les llega la salida del país y hay que comenzar de nuevo son ciclos bien pequeños en estos momentos de unos 2 años que son los que permanece el opositor en cualquier organización.
No obstante, para el año 2014 se seguirán tomando medidas de superación sobre todo con aquellas personas que vayamos incorporando al proyecto.
Saludos,
Martha Beatriz Roque Cabello